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La Nueva Jerusalén: ¿cómo sería el mundo después del Apocalipsis?

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Introducción

Desde tiempos antiguos, el Apocalipsis ha sido uno de los temas más recurrentes en las creencias religiosas y místicas de las diferentes culturas del mundo. En todas las cosmogonías, se encuentra la profecía del fin del mundo y el surgimiento de una nueva era. La Nueva Jerusalén es un símbolo fuerte presente en muchas de estas profecías y es tomado por muchos como la señal de la salvación y el comienzo de la paz.

Qué profetizan las diferentes religiones

El Cristianismo

El capítulo 21 del Apocalipsis de San Juan describe la aparición de la Nueva Jerusalén después del juicio final. En este pasaje se describe la imagen de la ciudad que viene del cielo: "Y uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas, vino y habló conmigo, diciéndome, ven acá, y te mostraré la esposa, la mujer del Cordero. Y él me llevó en espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad, la santa Jerusalén, que descendía del cielo de Dios."

La Nueva Jerusalén es descrita como una ciudad con muros altos y doce puertas, en cuyas puertas están escritos los nombres de las tribus de Israel. La ciudad es hecha de oro puro, transparente como cristal y con calles de oro. Esta ciudad es considerada la morada de Dios y de todas las almas justas que han pasado por el juicio final.

El Islam

En el Islam, la Nueva Jerusalén se llama Medina y es considerada una ciudad santa. Es el segundo lugar más sagrado en el mundo islámico después de La Meca, y según algunos hadices (tradiciones islámicas) el Profeta Muhammad habría orado en dirección a Medina antes de que se le ordenara cambiar su dirección hacia la Kaaba en La Meca. En algunas interpretaciones islámicas de la Nueva Jerusalén, se dice que Allah la creó antes que la creación del mundo y que estará presente en la Tierra en una nueva era que se abrirá antes del Día del Juicio Final.

El Judaísmo

En la tradición judía, la Nueva Jerusalén también es un símbolo de la salvación. El Talmud describe cómo la ciudad de Jerusalén será reconstruida y ampliada antes de la llegada de la era Mesías. En el libro bíblico de Ezequiel, se describe una nueva ciudad de Jerusalén que será construida con muros altos, doce puertas y con la presencia divina en su interior. Esta nueva Jerusalén será un lugar de paz y prosperidad para todos los pueblos de la Tierra.

Cómo sería el mundo después del Apocalipsis

Si tomamos como referencia las profecías de diferentes religiones donde se describe el surgimiento de la Nueva Jerusalén, podemos pensar en un mundo que ha pasado por una gran catástrofe pero que finalmente ha encontrado la paz y la salvación. Es un mundo en el que la presencia de Dios es palpable y el mal ha sido derrotado.

La presencia divina

En todas las profecías, la presencia divina es un elemento clave en el mundo post-apocalíptico. La Nueva Jerusalén es vista como la morada de Dios en la Tierra, lo que significa que Dios está en íntima relación con las almas justas que residen en ella. Esta presencia divina infunde paz y seguridad en las almas de las personas que habitan la ciudad.

Un mundo sin maldad

El mundo después del Apocalipsis es un mundo en el que no existe el mal. Todas las profecías hablan de la derrota del mal y la instauración de una era de paz. Esto implica que la guerra, el odio y la envidia se han extinguido y las almas de las personas han sido purificadas. La bondad y la justicia son los pilares de este nuevo mundo.

La prosperidad y la abundancia

Otro elemento común en las profecías es la idea de que la Nueva Jerusalén es una ciudad construida con materiales preciosos, como el oro y la plata. En algunas de estas profecías, la ciudad también es descrita como un lugar de abundancia y prosperidad. En un mundo post-apocalíptico como el descrito en las profecías, la población ya no sufrirá hambrunas o la escasez de recursos, ya que la abundancia será el estado natural del mundo.

Un mundo justo

Finalmente, todas las profecías hablan de un mundo justo, gobernado por un líder justo y sabio. En algunas profecías, este líder es el Mesías o el Imam Mahdi. Esta presencia divina, o la de un líder justo, asegura que las leyes se aplican de manera justa y que todos los ciudadanos de la Nueva Jerusalén son tratados con dignidad y respeto. La justicia es el valor clave que gobierna este nuevo mundo.

Conclusiones

La Nueva Jerusalén es un elemento clave en muchas de las profecías religiosas que describen el mundo post-apocalíptico. Aunque las descripciones de la ciudad pueden variar de una religión a otra, todas las profecías hablan de un mundo completamente transformado, libre del mal y en el que la paz, la prosperidad, la justicia y la presencia divina son los pilares fundamentales. Las profecías del fin del mundo y el surgimiento de la Nueva Jerusalén aportan una visión esperanzada de un futuro mejor para la humanidad.